Según algunos críticos del cine, la película Maléfica es diabólica, no apta para niños porque aseguran que la
trama “sodomiza” ese clásico de Disney: La bella Durmiente. Muy a pesar de esos comentarios y como buena fanática de
Disney que soy (y tanto rebelde!), fui el viernes al cine junto a varios niños de la iglesia a
disfrutar de esta nueva versión del clásico de clásicos. ¿Qué si me gustó? ¡Me
encantó! Tanto así, que estoy considerando volverla a ver! (Y eso que yo soy
enemiga de ver una película dos veces). Es una película distinta porque narran el otro
lado de la moneda, la historia desde el punto de vista de la “bruja” que hechizó a Aurora y la
convirtió en la bella durmiente, la parte “no tan rosa” de ese cuento de hadas.
Maléfica me enseñó lo siguiente:
1. Somos
creación divina. Dios nos hizo y vio que era bueno así como a Maléfica cuando
era tan solo una niña-hada inocente y con un corazón puro y noble.
2. Las
desilusiones y problemas que atravesamos en la vida, van endureciendo nuestro
corazón. Nos dejamos dominar por el rencor, el egoísmo y todos los demás
sentimientos negativos. Perdemos la confianza en la gente y en nosotros mismos.
Día a día se va formando una creatura maligna en nuestro interior que dejamos
salir en ocasiones cuando perdemos el equilibrio emocional.
3. Dios
pone personas encantadoras en nuestro camino, como la princesa Aurora, para
ablandarnos el corazón y transformarlo en uno puro y bueno como lo era antes. A
pesar de que nos resistimos al cambio, el bien vence al mal poquito a poquito.
4. Sólo
el amor verdadero es capaz de romper cualquier hechizo, karma o maldición que
tengamos encima. La película nos muestra que no se refiere únicamente al amor
Eros. El amor verdadero puede venir de diferentes fuentes (de Aurora, en este
caso) pero la mejor representación y fuente de amor es Dios, indiscutiblemente.
Porque Dios es amor.
En el fondo, como seres humanos,
todos somos maléficos, somos mitad dioses mitad demonios. Lo importante es saber
cuál de los dos lados es el que va a reinar y dominar nuestras vidas.
Acepto que soy maléfica por dentro, pero
acepto a Jesucristo como mi Rey.
@Lilimusical
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