lunes, 29 de septiembre de 2014

Semana 39. Hablemos de lo que yo espero de ti

Hablemos un poco de mis expectativas hacia ti y tu forma de actuar. Yo veo que tienes un gran potencial para realizar una infinidad de cosas. Tienes grandes talentos, los cuales de una forma u otra, podrían ser causa de envidia para muchos. Dios te hizo al estilo McDonald’s, o sea todo un combito. No eres solamente una simple mujer u hombre, sino que además, tienes cientos de dones y habilidades que creo que tú no has logrado percibir pero que yo sí. Y es precisamente eso, lo que me molesta. Espero tantas cosas de ti que cuando veo que no las cumples, me siento defraudada. 
Espero que uses ese don tan especial de liderazgo que tienes, pero cuando te veo sentada  en una banca como un zombie, me consumo por dentro porque sé que ese no eres tu. 
Espero que uses ese don de servicio que brota de ti, pero cuando te veo aletargada y obviando grandes oportunidades para ayudar a tu prójimo, me indigno. 
Espero que uses tu gran habilidad para enseñar a otros, pero cuando noto que no estás anotada en la lista de maestras de la Escuela Dominical, me digo a mi misma: ¡Pero qué gran desperdicio de talentos! ¡Muchos niños se edificarían con sus clases! 
Esperé y esperé tanto de ti, que al ver que no me cumplías, me rendí y dejé de tener falsas expectativas. 

Y no es que sean en realidad falsas, sino que tú no ves en ti, lo mismo que yo veo. Al fin y al cabo, cada quién obedece lo que le dice su propio espejo (autoestima y conciencia) y no el espejo del vecino.
Muchas han sido mis frustraciones al ver rotas tantas expectativas que yo misma me creo de la gente. Y eso me hizo reflexionar en dos aspectos:

1.  Definitivamente no soy Dios para juzgar a nadie ni decirle qué hacer y qué no hacer. Probablemente yo vea miles de talentos en alguien pero si el/ella no se da cuenta es como tratar de que refleje su ser en un espejo empañado. No verá nada.  Es su decisión limpiarlo e identificar lo que está viendo.
2.  Así como medimos, seremos medidos. ¿Qué tal si Dios también  tuviera expectativas de nosotros? Creo que sí las tiene, pero su forma de reaccionar es distinta al del ser humano. El no se frustra cuando nos ve actuando sin fe, a pesar de que nos ha dicho infinitamente que confiemos en El y El hará que todo suceda. Tampoco se frustra cuando cometemos los mismos errores una y otra vez. Nos recibe con amor cuando actuamos de forma rebelde y luego reaccionamos y tratamos de remediar el daño. Nos perdona todo 7 veces 7. Y sobre todo, no nos abandona cuando nosotros lo abandonamos a El.

Si Dios me sigue amando a pesar de que no cumplo sus expectativas, 
¿Por qué me cuesta seguir amando a aquellas personas que no cumplen las mías?

Esa es mi pregunta.

Todavía estoy interiorizando la respuesta.

Piénsalo.
@Lilimusical

No hay comentarios: