lunes, 15 de septiembre de 2014

Semana 37: Quiero ser como el de la barca

Actualmente estoy leyendo varios libros a la vez, uno de ellos es: “Temperamentos controlados por el Espíritu” de Tim LaHaye. Quedé fascinada con este punto específico:

“La paz DE Dios, que es el antídoto de la preocupación, no la adquieren los cristianos tan automáticamente como la paz CON Dios. La “paz de Dios” que no se turba ante difíciles circunstancias, está ilustrada por el Señor Jesús cuando dormía profundamente en el piso de la barca, mientras sus doce discípulos padecían un terror rayado en la locura. Esa proporción de doce a uno se  ajusta adecuadamente a los cristianos de hoy. Cuando el mar de la vida se encrespa por el fuerte vendaval de las circunstancias, doce cristianos se inquietarán, se enojarán y se preocuparán, mientras uno solo contará con la suficiente paz en su corazón para confiar que Dios cuidará de él en esas circunstancias. Doce pasarán la noche preocupados, lo cual complicará aún más su vida emocional, física y espiritual, mientras que el uno que “le cree a Dios”, dormirá plácidamente, se despertará renovado y a disposición de Dios para el día siguiente. Nuestra paz no debe depender de las circunstancias. Para tener paz debemos mirar a Dios; es el único que es consecuente; el único que no cambia.

Las personas que frente a las circunstancias de la vida se mantienen tranquilas, despreocupadas y apacibles, poseen una paz “que sobrepasa todo entendimiento”. Esa es la “paz de Dios” que el Espíritu anhela darle a todo creyente.”


@Lilimusical

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