¡Qué días tan intensos hemos vivido en Venezuela! La gente
ha hecho sentir su voz en la calle. Miles de imágenes y videos conmueven al
mundo en estos momentos; y no es para menos, son evidencias de la guerra
disfrazada de protesta que vive el pueblo venezolano.
Tú, estudiante que marchas, admiro tu valentía de salir a la
calle y hacer valer tus derechos y los de todos nosotros los venezolanos. Yo,
aunque también soy de éste país y exijo los mismos derechos que tú reclamas, no
tengo ese espíritu de Superman o mujer maravilla que sale en rescate de todos. Mientras
tú marchas, yo colaboro construyendo la Venezuela que demandamos, impartiendo
clases de música a los niños que aún no tienen edad para salir a las calles.
Tú, amigo oficialista, respeto tu ideología política así
como respeto las preferencias religiosas y sexuales de todo el mundo; sin
embargo, no comprendo por qué algunos de ustedes actúan guiados por la
violencia hacia aquellos que no comparten su causa. Si los azules, ahora
blancos, marchan para defender su punto de vista hagan ustedes lo mismo pero en
forma pacífica. Sin insultos ni balas.
Yo, una maestra cristiana y escritora aficionada, lucho de
rodillas mientras ustedes lo hacen de pie haciendo lo que sí se hacer muy bien:
escribirle cartas a Dios. Su buzón celestial debe estar repleto de todas las
cartas que le he escrito rogando su intervención en toda la situación política
de Venezuela. Mi oración constante no es pidiendo la renuncia de Maduro sino el
levantamiento o resurgimiento de mi tierra. No es cuestión de presidentes es
cuestión de la sabiduría del presidente de turno. Oro para que no sea peor el
remedio que la enfermedad. Oro por la protección de aquellos que están en las
trincheras dando la batalla por nosotros.
Me uno a la campaña del NO CARNAVAL porque Venezuela no está
para bailes y celebraciones en estos momentos. Todos están haciéndose sentir de
la forma que conocen mejor. Unos con marchas pacíficas, otros con marchas
violentas. Algunos documentando todo los sucesos para mantenernos informados
por las redes sociales y muchos otros como yo, luchamos de rodillas pidiendo la
intervención Divina.
Respeto tu ideología política y tu forma de hacer sentir tu
voz pero por favor…NO HIERAS A TU PROJIMO. ¿De qué vale ganar la lucha y
obtener el país que deseas, si después no tienes con quién disfrutarlo?
@Lilimusical