Es sorprendente cómo lo simple de la vida se puede volver
tan transcendental y vital para un ser humano. Cuando nos llega a gustar algo
se convierte en nuestra mayor obsesión o mejor dicho, nuestra adicción. Hay
muchos ejemplos que podemos nombrar: el internet, la comida, los videojuegos,
el cine, el amor, el trabajo, los estudios, entre otros. En mi caso, me
confieso adicta al “do, re, mi, fa, sol, la, si”…la música es mi droga. ¿Haz
notado como solo 7 notas musicales pueden cambiar tu estado de ánimo
totalmente? ¡Es prácticamente un milagro! Puede que te sientas triste en algún
momento, pero si escuchas una canción con buen ritmo y “pegajosa” puede alegrarte en cuestión de minutos, o por lo menos durante el tiempo que estás
tarareando la canción.
Despierto, leo, oro, pienso, me baño, escribo, trabajo y
duermo escuchando música. La música para
mi lo es todo, es un arte que permite la expresión de nuestros sentimientos y considero que ha sido el instrumento que Dios ha usado para hablar conmigo. Es común escuchar que "Dios habita en todas partes" y que usa distintos medios para comunicarse con nosotros, y la música es definitivamente uno de ellos! Siempre hay una frase de una canción que contesta alguna de mis oraciones, levanta mi ánimo y me hace sentir acompañada.

Quizás el hecho de haber nacido en un hogar de músicos y
trabajar en este campo, ha hecho que valore cada vez más este arte. Pero lo que
sí se con certeza es que la llevo tatuada en mi piel y comparto la opinión de
Andrea Bocelli en su canción…yo vivo por ella.
@Lilimusical
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