No todos los jefes son condescendientes con el personal que
tienen a su cargo; unos son más fuertes que otros, pero al final, son los jefes
y son quienes ponen las normas en la empresa.
Un día Dios nos hizo, del vientre de nuestra madre nos sacó,
nos ha permitido crecer y llegar a cierta edad adulta de consciencia y
responsabilidad. Sin embargo, he comenzado a dudar con respecto al rango
establecido para llamarse “edad adulta” porque muchas veces seguimos actuando como niños aun cuando ya no
jugamos con juguetes ni usamos pañales. Pero he notado que el crecimiento
físico es un acto involuntario del ser humano; en cambio, el crecimiento
espiritual es toda una decisión consciente y racional.
¿Qué gana un empleado haciendo todo lo que su jefe NO le ha
asignado hacer? ¿Qué gana con desobedecer los estatutos que él, como cabeza de
la empresa, ha establecido para el buen funcionamiento de SU negocio? Sería
totalmente absurdo esperar buenas consecuencias causadas por acciones
incorrectas. De esa misma forma funciona esta gran empresa que Dios montó en la
Tierra, su Reino, su pueblo. Él sabe muy bien cómo deben llevarse las cosas en
su empresa, quién mejor que Él para decir lo que funciona y lo que no. Es tan
bondadoso con nosotros que hasta nos entregó un manual para que supiéramos
exactamente qué hacer y qué evitar. ¿No les parece un jefe maravilloso? Y por si fuera poco, si nos equivocamos y le
fallamos (como seguramente lo haremos!), nos perdona, olvida lo que hicimos y
nos brinda una nueva oportunidad.
Pero no creas que El será así de buenecito toda la vida.
Llegará un tiempo en el que tocará rendirle cuenta de nuestros actos y no habrá
excusa que valga. ¡Es el momento de la verdad!
No podemos seguir viviendo ligeramente, corriendo por la
pradera como Heidy y Candy Candy (los que vieron esas comiquitas me
entenderán), sin obviar esta advertencia:
“Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios;
porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara” Hebreos 12:14
La vida hay que disfrutarla pero hay que vivirla seriamente,
conscientes de que la ley causa-efecto existe y de que el día del juicio final
llegará. ¿Estás listo? Si hoy fuera ese día, ¿Estás listo para presentar tu
defensa? ¿Al final del juicio te dirán: "Bien hecho siervo fiel, entra en el
gozo de tu Señor"?
Yo anhelo poder llegar a verlo cara a cara y por eso he
decidido vivir mi vida seriamente…aunque me cueste y me caiga mil veces. Pero
mi norte está allí y se llama Cristo Jesús.
@Lilimusical
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