sábado, 29 de noviembre de 2014

Semana 45-48: Tarde de mimos y cariñitos

Tengo casi un mes sin escribir en mi blog y sinceramente lo lamento mucho. Escribir es una terapia para mí y hago público mis artículos porque pienso que quizás mis reflexiones y auto diálogos puedan servirle de guía, consuelo o ánimo a algún lector. Es por eso que condensando estas últimas cuatro semanas que han pasado desde mi último artículo, he preparado las siguientes líneas:

En mi semana 44 de este año 2014 les comenté que tuve muchos días malos que al final se convirtieron en toda una semana de mala racha, por así decirlo; pero ahora todo ha cambiado. Ya salió el arcoiris y todas las cosas han tomado su lugar. Nunca olvido que Dios es un dios de orden y si estoy tomada de Su mano, El me ayudará a ordenar todo a mi alrededor.  En estas cuatro semanas que han pasado, he valorado 3 cosas:

 - Mi vida, porque con todo el dolor del mundo tuvimos que despedir a dos seres maravillosos que me impactaron por años: mi querido doctor Armando Pulgar y al Chavo del Ocho. Dos grandes personas que dejaron un legado inmenso en el mundo. Pensándolo bien, si yo todavía estoy viva debe ser que aún no he culminado mi misión aquí en la tierra, y no quiero que pase el tiempo en vano, deseo que Dios me use para las cosas que El me creó.

 -  Mi trabajo, porque más que un trabajo es mi pasión, es mi ministerio, es mi razón de ser, es la forma como puedo servirle a los demás, es sencillamente la actividad que me hace feliz: ser maestra.


 -  Mi familia, porque cuando escuchas las situaciones por las que pasan otras familias, te das cuenta que en la tuya no está pasando absolutamente nada!! Tengo una familia espectacular, unida, dedicada a servir a la gente a través de la música y aunque internamente pasamos por situaciones y altibajos,
hemos podido servir de ejemplo de unión y amor incondicional para otras familias.

Cuando inicié mi proyecto 365 (tomar una foto al día) fue con la intención de prestarle atención a los detalles de la vida, esas pequeñas cosas que se nos pasan por alto y que en realidad son las más importantes porque son las que nos hacen volver la mirada a Dios y decirle: “Gracias Señor, por esto o aquello”. Mi objetivo principal era desarrollar una actitud de agradecimiento constante. Esta semana, a un mes de culminar este proyecto, puedo decir que he desarrollado esa actitud, ya siento paz cuando las cosas no se dan a mi manera y he entendido que sencillamente mis pensamientos no son iguales a los de Dios y que en definitiva, yo quiero que sean los de El los que se lleven a cabo y no los míos.
Hoy quiero hacer público mi agradecimiento especial por un sueño hecho realidad, sé que aquellos que me conocen de cerca, saben que desde el bachillerato he tenido la inquietud de estudiar Psicología. Soy Psicóloga de muchos pero no tengo el título que me avale como tal (jajajaja!) y finalmente la oportunidad llegó a mi puerta este año y hoy 29 de noviembre he culminado satisfactoriamente mi primer trimestre! Seguramente alguien dirá: “Pero es apenas el primero, todavía te faltan 14 más!”. Pero es que para mí es un logro inmenso y sé que para Dios es un gusto inmenso ver que le agradezco cada pasito que doy. A todo papá le gusta que sus hijos le den las gracias por cada gesto que tiene hacia ellos, y Dios no es la excepción a esta regla.

Para celebrar este logro, me regalé una tarde de mimos y cariñitos. Saqué todas las cremas y tratamientos faciales y corporales que tengo, y me hice limpieza de cutis, manicure, pedicure y coroné con una deliciosa torta de chocolate hecha por una gran amiga (y vecina!) El resto del día me lo dedicaré a ver televisión y a consentirme bastante porque sencillamente me lo merezco.




Te invito a regalarte una tarde de mimos y cariñitos…pero siempre y cuando te la hayas ganado!

@Lilimusical

lunes, 3 de noviembre de 2014

Semana 44: Un regalo mal envuelto

Hay días malos que luego se convierten en semanas malas. Ya sabes, ese tipo de días en los que todo te sale al revés, nada parece fluir como es debido, toda la gente como que está en tu contra…en fin, lo único que  falta es que un pajarito pase volando y te deje un recuerdito en la cabeza. L ¿Has tenido días así? Yo acabo de tener TODA una semana así. Los proyectos que tenía en mente no se dieron, la planificación que tenía hecha no se cumplió y mi nivel de paciencia hacia la gente y las situaciones era, sinceramente, casi nulo. Llega un momento en el que te paralizas de la rabia, del miedo y no sé qué más! Pero te paralizas, sin ninguna pista sobre qué hacer para salir de ese hueco. Así como cuando un carro se queda atascado en la arena, por más que aceleres más se hunde. Justamente así me sentí. Mientras más hacía o decía, más me hundía.
Me detuve. Y pensé. Si, pensé…(cosa que a veces dejamos de hacer simplemente por tener el piloto automático encendido todo el tiempo)
Reaccioné y me dije: Si te sigues resistiendo te seguirás hundiendo. Hay días que por más que quieras ser optimista, no lo puedes lograr. Son días malos y punto. De vez en cuando es bueno que ocurra una avalancha de nieve en tu vida que te tape completamente y te haga sentir casi muerta. De esta manera sabrás qué es estar viva. Las situaciones opuestas (rabia, odio, incomprensión) guardan un gran tesoro en sí mismas, nos abren los ojos ante las maravillas que tenemos en frente.

¿Y entonces qué hago? – me auto pregunté.
Casi sin pensarlo dos veces, surgió la respuesta: Déjate llevar, déjate enseñar, fortalécete en la tormenta y aprende a bailar en ella. Cuando todo haya pasado, no volverás a ser la misma, tu fe será más fuerte y tendrás una actitud de agradecimiento frente a las bendiciones que te regala la vida a diario. Incluso esas que casi ni siquiera notas, como el hecho de poder despertar un día más, por muy malo que fuese ese día, al menos lo pudiste vivir. Muchos hubieran dado lo que fuera por poder agregarle esas 24 horas más a su tiempo de vida en esta tierra. Alguien con los días literalmente contados, como un paciente con una enfermedad terminal, por ejemplo; hubiera agradecido ese día o semana “mala”, simplemente por el hecho de poder respirar durante ese tiempo.
Una semana más tarde del inicio de “esa mala racha”, todo volvió a la normalidad y pude comprobar las palabras de mi “Liliana-psicologa”: mi fe se ha fortalecido y he desarrollado una actitud de agradecimiento por cada detalle que Dios me obsequia…incluso, los días de fortalecimiento envueltos en un papel de regalo un tanto desprolijo al que muchos, al igual que yo, llamamos “días malos”.

@Lilimusical