En el
centro de la ciudad había un parque grande y lleno de flores alrededor. Durante
el día, muchos niños visitaban el parque para jugar con sus columpios y la caja
de arena. Reinaba la alegría y la felicidad.
Pero la vida
nocturna en el parque era muy diferente; no habían niños jugando, solo se
escuchaba el sonido de los grillos…cri-cri. En este lugar vivía una luciérnaga
que durante el día se escondía entre los arbustos para ver a los niños jugar.
Pero de noche, volaba por todo lo alto brillando como solo ella sabía hacerlo.
Acompañaba a la luna y las estrellas durante toda la noche.
Un día se
dio cuenta de que los grillos tenían amigos y ella no, ella estaba sola. Se
sintió tan triste, que poco a poco fue perdiendo su luz. Todos los días veía a
los niños disfrutando en el parque y jugando con sus amigos. Eso la entristecía
cada vez más. Porque lo que ella más deseaba en todo el mundo era tener amigos.
En un día
muy caluroso, ella se posó junto a la fuente que estaba cerca de los columpios,
y un niño se acercó a lavarse la cara y refrescarse un poco. La luciérnaga
decidió acercarse a él y le dijo: - ¡Hola
allá arriba!.
- ¿Ahh? ¿Donde?
– Respondió el niño muy asombrado.
-¡aquí
abajo! ¡Mírame! – Exclamó la luciérnaga.
El niño
bajó la mirada y le dijo: “Hola amiguita, ¿tu quien eres?”
“Soy una
luciérnaga y estoy muy aburrida y solitaria” le dijo ella al niño.
¿Y por qué
te sientes así? Vives en un lugar precioso, parece un paraíso. A mis amigos y a
mí nos encanta venir todos los días a jugar aquí. Nos divertimos mucho.- dijo
el niño, lleno de emoción.
Si lo sé
–admitió la luciérnaga- Pero yo no tengo amigos como tú
¡Cuanto lo
siento! – dijo con nostalgia el niño – Ahora entiendo tu tristeza.
Los amigos
son muy importantes y no encuentro a nadie de mi especie, todos tienen
amigos…hasta los grillos!. Creo que soy la única luciérnaga que queda en todo
el mundo. Y además creo que estoy muriendo –dijo ella con resignación.
El niño
asombrado le preguntó: ¿Por qué dices eso?
Y ella le
contestó: Porque yo antes brillaba en la oscuridad y ya no. No entiendo que
sucedió conmigo. Debe ser que estoy muriendo poco a poco.
El niño se
quedó en silencio por unos minutos y luego dijo sobresaltado: ¡Ya sé que pasó
contigo! Seguro que perdiste tu luz así como cuando yo pierdo mis juguetes.
Eso suele pasar. ¿Qué tal si te ayudo a encontrar tu luz?
La luciérnaga
emocionada le contestó: ¡Sería excelente! Al menos ya tengo un amigo, aunque no
sea de mi propia especie.
Mientras
los demás niños siguen jugando en el parque, la luciérnaga y el niño emprenden
la búsqueda. Buscan en los columpios, detrás de los árboles, en las bicicletas
de los niños, en las flores, en la caja de arena…pero no consiguen la luz.
De repente
el niño recuerda que la luciérnaga le había dicho que ella brillaba en la
oscuridad. Entonces él y su nueva amiga, esperaron que anocheciera. Mientras
tanto, pasaron la tarde contando chistes y anécdotas divertidas. Era la primera
vez en mucho tiempo que la luciérnaga se divertía tanto.
Como la
luciérnaga sabía volar, comenzó a volar por todo el parque diciéndole al niño:
“¡a que no me atrapas!” y el niño corría y corría detrás de ella. Se rieron y
se divirtieron tanto que no se dieron cuenta de que ya había anochecido.
Y en ese
momento ocurrió el gran milagro. Como la luciérnaga volvió a ser feliz, su luz se encendió nuevamente como por arte de
magia. Pero ella no se dio cuenta, sino hasta que pasó por la fuente y vio su
reflejo en el agua. Asombrada le dijo a su amigo: “¡Mira, encontré mi luz!”
¡Si!
-Exclamo el niño-¡La tuviste dentro de ti siempre!
Esa noche,
la luciérnaga volvió a brillar junto a la luna y las estrellas. Y ocurrió el
segundo milagro. Como ella recuperó su luz, esta le sirvió de guía a otras
luciérnagas vecinas que habían tratado de conseguirla pero como no veían su
luz, no podían localizarla. Su luz, atrajo a nuevas amigas de su misma especie.
Desde ese
momento, la luciérnaga prometió no apagar su luz nunca jamás.
El niño muy
sonriente, se despidió de la luciérnaga diciendo: “Se feliz amiguita, y brilla
siempre”
@Lilimusical
PD. Este fue el primer cuento infantil que escribí antes de decidir escribir mi libro Felizmente Soltera. He escrito otros más. Espero compartirlos con ustedes próximamente.
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