Desde hace 6 meses cambié de teléfono el cual me ha ayudado
mucho en todos mis proyectos comenzando por mi PROYECTO 365 entre otros. La
primera vez lo conecté a mi computadora con el cable USB y pude pasarle varias
de mis canciones favoritas y fotos que necesitaba tener a la mano. Sin embargo
desde ese instante mi computadora no ha querido reconocer el dispositivo y por lo
tanto, no he podido pasarle información como aquella primera vez. Me las he
tenido que ingeniar, descargando aplicaciones de música que permitan descargar
audios mp3 directamente al teléfono y así no tener que pasarlos desde mi
computadora, las fotos las envío vía
email, en fin…mil y un trucos he aplicado para poder mantenerme sincronizada
con lo que quiero llevar en mi teléfono. Pero aquí va la sorpresita de toda
esta historia…el lunes de esta semana, lo puse a cargar directamente desde mi
laptop usando el puerto USB (como lo he hecho antes) y de repente aparece un
mensaje en la pantalla del teléfono diciendo algo como: “Para utilizarlo como
dispositivo multimedia debe descargar esta aplicación en la página tal” Y yo
por curiosa me metí en internet y así lo hice. Y ta-taaann mi computadora
reconoció mi teléfono como dispositivo multimedia!! Casí lloré. No sé si de la
emoción o de la rabia pero a la final no pude decirle otra cosa a mi teléfono
sino: ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿POR QUEEE?
Asi como ese caso, sé que tu y yo hemos pasado por situaciones
parecidas en las que estamos buscando respuestas a preguntas que han sido
planteadas desde hace semanas, meses o hasta años, y aun así parece haber un
silencio total que nos consume por dentro y nos hace sentir inútiles. Buscamos
hallar las respuestas por nuestros propios medios pero justo cuando ya nos estábamos
dando por vencidos aparece esa Coca-Cola en el desierto, esa respuesta tan
esperada. Es imposible dejar de preguntarse: ¿Por qué no me lo dijiste antes? Y así
evitarnos tiempo de sufrimiento, angustia y mucha ansiedad. Pero llegué a la
conclusión de que hay respuestas que son reveladas a su propio tiempo y aunque parece que llegaran tarde o en momentos
inoportunos, en realidad llegan en el momento justo para probarnos que las
fuerzas no vienen de nosotros sino de Aquel que es más grande que nosotros y
basta con una pizca de fe para ver cambiar todo el panorama ante nuestros ojos.
@Lilimusical
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