¡Cuán difícil es para el ser humano aprender a cerrar ciclos
importantes en sus vidas! A veces es tan doloroso, que se hace prácticamente imposible
llevar a cabo esa tarea. Y el hecho de
no saber lo que viene después, empeora más la situación. Recientemente me
ocurrió algo interesante, como sabrán soy docente de música, y en este tiempo
de vacaciones trabajo dictando un curso de “Creatividad Musical” junto a mi
papá y otros instructores. El lunes 5 de agosto fue la culminación del curso
que iniciamos el 17 de Julio. Pero ese mismo día, con muy pocas horas de
diferencia, iniciamos ese mismo curso pero en otro lado de la ciudad. Fue muy emotivo despedirnos de un grupo que
en tan sólo ocho clases se adueñó de nuestros corazones, y justo ese mismo día,
tener la primera clase con la “nueva familia” que tendremos en las próximas
ocho clases. Llevamos 18 años trabajando en la Academia de música, y creo que
nunca nos había coincidido un cierre y un inicio el mismo día. Experimentamos
nostalgia por el grupo anterior y emoción por el grupo nuevo. Pero
definitivamente, fue un día maravilloso.
Si a veces nos cuesta cerrar ciclos felices y aceptar que todo es pasajero y efímero,
cuanto más nos costará cerrar ciclos dolorosos que han dejado heridas en
nuestros corazones. Creo que la forma más sabia de enfrentar esos momentos es
abriéndose a la posibilidad de lo nuevo. Es difícil creer en lo que no se ve, pero
considero que duele más aferrarse a algo que aunque en algún momento lo tuvimos en nuestras manos,
ya se ha esfumado. Nunca sabremos lo que hay a la vuelta de la esquina a menos que estemos dispuestos a cruzar la
cuadra. ¡Vale la pena intentarlo!
@Lilimusical
Foto del grupo que despedimos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario