viernes, 23 de agosto de 2013

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo nota

 Navegando en internet, conseguí la imagen de un anillo que me enamoró a primera vista. Tenia el símbolo del infinito y decía “Forever” (por siempre). Me pareció que resumía todo lo que yo quería en una sola palabra y en un solo objeto:  Felicidad infinita. En cuanto vi ese anillo me dije a mi misma: ¡Debo comprarme uno, urgentemente! Al rato, noté algo particular, me dí cuenta que en realidad YA LO TENIA! Pero no me había dado cuenta.  Hace como 7 años, mi abuela me regaló un anillo que tenía dos óvalos que al  estar unidos se asemejan al símbolo del infinito. Desde hace más de un año, lo llevo puesto todos los días. En realidad es el único anillo que me gusta usar porque es delgado ya que todos los demás me dan calor por ser gruesos. Mis alumnas siempre me decían que era el símbolo del infinito pero nunca les presté atención, hasta ahora.
En fin, en un mismo día me dí cuenta de que lo que tanto anhelaba…ya lo tenía y desde hace años! La gente suele decir: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde; pues yo ahora digo, nadie sabe lo que tiene hasta que lo nota.
A veces es necesario detenerse a ver lo que ya tenemos para apreciarlo y darle el valor que se merece. Eso gratitud hacia la vida y hacia Dios.














Revisa a tu alrededor, seguramente tienes tesoros que ni siquiera habías notado.

@Lilimusical

viernes, 9 de agosto de 2013

Cierro un ciclo y abro otro

¡Cuán difícil es para el ser humano aprender a cerrar ciclos importantes en sus vidas! A veces es tan doloroso, que se hace prácticamente imposible llevar a cabo esa  tarea. Y el hecho de no saber lo que viene después, empeora más la situación. Recientemente me ocurrió algo interesante, como sabrán soy docente de música, y en este tiempo de vacaciones trabajo dictando un curso de “Creatividad Musical” junto a mi papá y otros instructores. El lunes 5 de agosto fue la culminación del curso que iniciamos el 17 de Julio. Pero ese mismo día, con muy pocas horas de diferencia, iniciamos ese mismo curso pero en otro lado de la ciudad.  Fue muy emotivo despedirnos de un grupo que en tan sólo ocho clases se adueñó de nuestros corazones, y justo ese mismo día, tener la primera clase con la “nueva familia” que tendremos en las próximas ocho clases. Llevamos 18 años trabajando en la Academia de música, y creo que nunca nos había coincidido un cierre y un inicio el mismo día. Experimentamos nostalgia por el grupo anterior y emoción por el grupo nuevo. Pero definitivamente, fue un día maravilloso.


Si a veces nos cuesta cerrar ciclos felices  y aceptar que todo es pasajero y efímero, cuanto más nos costará cerrar ciclos dolorosos que han dejado heridas en nuestros corazones. Creo que la forma más sabia de enfrentar esos momentos es abriéndose a la posibilidad de lo nuevo. Es difícil creer en lo que no se ve, pero considero que duele más aferrarse a algo que aunque en algún momento lo tuvimos en nuestras manos, ya se ha esfumado. Nunca sabremos lo que hay a la vuelta de la esquina  a menos que estemos dispuestos a cruzar la cuadra. ¡Vale la pena intentarlo!

@Lilimusical

Foto del grupo que despedimos...