¿Has escuchado el dicho: “todo lo bueno llega junto y todo
lo malo llega junto”? A veces es cierto. Cuando estamos de mal humor TODO se
vuelve un desastre a nuestro alrededor. Parece que el mundo está en contra
nuestra y nos sale todo al revés. Pero lo contrario también es cierto, en esos
días que estamos animados y con una buena actitud, parece que estuviéramos de
suerte y todo fluye a nuestro favor. Este tipo de situaciones se resumen en un
pasaje: “Todos los días del afligido son difíciles; más el de corazón contento
tiene un banquete continuo” Prov. 15:15
La pregunta (dirigida a los cristianos) sería: Si ya el Espíritu
Santo habita en ti, ¿Por qué tu corazón no está contento siempre? En
otras palabras… ¿Qué hace que te amargues la vida constantemente?
A continuación les compartiré 6 principios para dominar el
arte de NO amargarse la vida:
1.
DOMINAR LA FUERZA EMOCIONAL:
“En vez de lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no
quiero hacer” nos dice el apóstol Pablo en Romanos 7:19. Es que como humanos
luchamos con dos fuerzas: la fuerza lógica o racional y la fuerza emocional.
Una cosa es lo que yo sé que DEBO hacer y otra muy diferente es QUERER o sentir
las ganas de verdaderamente hacer eso. Las emociones secuestran nuestra lógica
y nos hacen actuar diferente. Para vivir una vida tranquila no es necesario dejar
de tener emociones negativas, porque eso es completamente ilógico. Somos
humanos y nacimos con un set de emociones variadas que no podemos obviar,
inclusive las negativas (furia, rabia, temor). La meta sería no permitirnos
tener emociones negativas exageradas; o sea, no irnos al extremo de la
situación. Es normal enfadarse porque nos chocaron el carro,
pero no vale la pena amargarse todo el mes sintiendo una rabia incontenible
debido a ese hecho.
En este punto es necesario aclarar algo, generalmente
creemos que los HECHOS EXTERNOS son los responsables de desencadenar las
EMOCIONES. Eso es falso. Nuestro esquema mental es el siguiente:
Hecho externo àpensamiento àEfecto emocional
No se trata de lo que nos pasa sino de lo que PENSAMOS sobre
aquello que nos pasa. Para mi como docente, es normal ver a un niño vomitar. ¿Qué
pienso yo? Seguro que le cayó mal el almuerzo, ahora se la pasa. ¿Qué puede
pensar alguien que no se relacione con niños frecuentemente? ¡Este niño está
enfermo, hay que llevarlo al médico urgentemente! Dos reacciones distintas ante
un mismo hecho debido a dos formas distintas de pensamiento. Es por eso que a no todos nos "cae mal" la misma persona, o al menos no por las mismas razones.
Si logro regular mis pensamientos sobre los hechos que me
rodean, podré disminuir los efectos graves emocionales.
2.
DESCUBRIR LAS CREENCIAS IRRACIONALES
Detrás de cada malestar emocional, hay un pensamiento
catastrófico. Estas creencias irracionales se caracterizan por:
- Ser falsas (por exageradas)
- Ser inútiles (no ayudan a resolver problemas)
- Producir malestar emocional
Estas son las creencias irracionales básicas que sostenemos
los seres humanos:
- ¡Debo! Hacerlo todo bien o muy bien
- La gente ¡me debería! Tratar siempre bien, con justicia y consideración
- Las cosas ¡me deben! Ser favorables.
Sin embargo, las creencias racionales correspondientes
serían del estilo:
- Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del día.
- Sería genial que todo el mundo me tratase bien, pero puedo vivir sin ello.
- ¡Cómo me gustaría que las cosas me fuesen favorables! Pero no siempre va a ser así y lo acepto. Aun así, todavía puedo ser feliz.
Las creencias irracionales nos llevan a ver todo desde el extremo de lo terrible. Cuando decimos que determinado evento es “terrible” (o sería
“terrible” si sucediese) queremos decir que: No puedo ser feliz, No debería
haber sucedido, No lo puedo soportar.
Es una creencia irracional el hecho de que creas que eso que
te está pasando es una completa catástrofe para tu vida. Eso indicaría que no
eres de los que cree en lo que dice Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman
a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados.”
3.
CURARTE DE LA TERRIBILITIS
Las personas más vulnerables a nivel emocional tienden a
evaluar todo lo que les sucede (o podría sucederles) en el peor extremo,
“terrible”. ¡La terribilitis es la madre de todos los trastornos emocionales!
Una persona madura emocionalmente es aquella que no exige, sino que prefiere. Cuando somos
vulnerables a nivel emocional, estamos llenos de exigencias. Le exijo a mi
hijos que estudien la carrera que yo quiero, le exijo a mi esposa que me sirva
como yo quiero, le exijo a mi país que me dé todo lo que yo necesito, etc. Es
distinto decir: “¡Te exijo que me trates amablemente!” a decir “Preferiría que
me trataras amablemente, pero si no lo haces, aun así seguiré siendo feliz
porque mi felicidad está en mis manos y no en las tuyas”. La felicidad implica
disfrutar de los deseos sin apegarse a ellos, sabiendo que son meras formas de
divertirse, pero en ningún caso, necesidades reales. Tener necesidades
inventadas conlleva a otro problema adicional y es la generación automática de
insatisfacción.
La enfermedad que origina la ansiedad y la depresión, la
“terribilitis”, también podría denominarse “necesititis”, la tendencia a creer
que “necesito, necesito y necesito para ser feliz”. Alguien maduro es aquel que
sabe que no necesita casi nada para ser feliz. Si los deseos no se cumplen, no pasa nada; no los
necesitamos para sentirnos plenos, para disfrutar de nuestras otras
posibilidades. Dios suple nuestras necesidades de acuerdo a Su voluntad. No nos
olvidemos que no importa la tormenta que nos rodee, lo importante es estar con
Jesús en la barca.
Los cristianos solo necesitamos una cosa para ser felices:
CRISTO JESÚS. Todo lo demás es lujo. Así que, si ya Cristo vive en ti, ¿Por qué
te amargas por las cosas que te suceden o dejan de suceder?
@Lilimusical
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